Y un día... llega.
Ha ocurrido. La noticia ha llegado hasta ti y ni siquiera sabes con exactitud como ni cuando, pero ha llegado y ya no hay vuelta atrás. Piensas que no es cierto, no reaccionas, el primer signo de aceptación viene unido a la incapacidad de moverse, el cuerpo te pesa mucho más de lo normal y te desplomas sin saber donde has aterrizado.
Un pensamiento: "No... Y ahora que voy ha..." una frase que se ve interrumpida, ahogada por miles de lágrimas que no puedes contener y que borran todo rastro de felicidad a su paso. La impotencia; no pudiste, no supiste como evitarlo a pesar de que sabías que algo no iba bien. El tiempo se detiene y piensas en lo que no pudiste hacer o decir, en que ya no podrás hacerlo nunca.
Nunca.
Esa palabra resuena en tu cabeza como una bala de cañón. Nunca. Nunca podrás volver a verlo, nunca más oirás su voz, no sentirás su cálida piel... En un segundo tu vía se derrumba y no puedes evitarlo, no puedes volver atrás.
Violet Nightray
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