Nunca se ha planteado la posibilidad de detenerse, ¿por qué iba a hacerlo? Nunca ha pensado que alguien la pueda caer de su pequeño mundo -recogido en una bola de cristal que, espero, nunca se rompa-, pero podría pasar.
Y como todo -lo malo- ocurre. Se confía. Le mira con una sonrisa sincera. Le habla. Le ve, más allá de lo visible, pero no es capad de encontrar esa piedra que enturbia su interior. No lo ve venir -no podría aunque quisiera- y cae.
Cae hasta lo más profundo del pozo. Hasta donde no pensaba que siguiera el mundo, más allá del cristal.
Unos ojos tan amables, sensibles y felices como esos no están hechos para observar el mundo real. Solo pueden esperar que las lentillas que sujetan lo maravilloso de sus vidas nunca caigan.
Violet Nightray
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