La idea va surgiendo a medida que el lienzo se cubre de color y de luz, ocultando su palidez serena. Nunca comienza nada espontaneo. Le gusta saber cuales serán los resultados de sus movimientos.
Colores vivos y alegres con tonos que traen una tarde de primavera en un jardín lleno de flores, o un amanecer rosado en una preciosa mañana de verano en la que el trinar de los pájaros inunda los oídos de la gente al pasar. Siempre ha pensado que la la vida es un poco apagada.
Se mueve rápido, con torpeza. Parece feliz. Nunca antes había perdido su elegancia y seriedad habitual.
Un pincel que señala la puerta a otra vida y una mujer que sabe que cuando el cuadro se finalice volverá a ponerse si traje gris y dejara de sonreír hasta que el sol brille con más intensidad.
Violet Nightray
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