Cuatro camisetas y tres pantalones. Dos libros para el tren; un mp3 lleno de canciones, un folio con dos bolígrafos azules.
¿Está todo?
Sí, lo está.
Con la mochila al hombro, la cámara al cuello y una sonrisa en los labios, no sabe que ha olvidado algo muy importante encima de su cama, algo que no podía llevar en una maleta, ni puede ser capturado en una fotografía.
Por eso sabe que regresará.
-no puede vivir sin esas palabras que nunca le da tiempo a anotar, sin las carcajadas a destiempo, ni sin un futuro juntos-
Quedan lazos.
Personas, nombres, cincuenta sonrisas diferentes que añorar.
Volverá.
Tal vez no hoy, ni mañana. Pero una despedida a un andén de tren vacio no es más que una promesa que nadie ha podido escuchar. Una promesa, al fin y al cabo.
Gabriella Nightray
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