miércoles, 6 de abril de 2011

Observa tras el cristal adecuado

Camina -casi salta- con una gran sonrisa en los labios. Sin miedo ni prisa. Sus grandes -enormes e hipnotizadores- ojos azules miran todo a su al rededor con la curiosidad de quien nunca ha visto nada malo. Con esperanza, brillo y alegría. Su mente bulle en las ideas -grandiosas y simples- de una chiquilla. Ideas de cuentos, con flores cuyo aroma perdura para siempre y amigos que te hacen reír. Pensamientos felices. 


Nunca se ha planteado la posibilidad de detenerse, ¿por qué iba a hacerlo? Nunca ha pensado que alguien la pueda caer de su pequeño mundo -recogido en una bola de cristal que, espero, nunca se rompa-, pero podría pasar. 


Y como todo -lo malo- ocurre. Se confía. Le mira con una sonrisa sincera. Le habla. Le ve, más allá de lo visible, pero no es capad de encontrar esa piedra que enturbia su interior. No lo ve venir -no podría aunque quisiera- y cae. 


Cae hasta lo más profundo del pozo. Hasta donde no pensaba que siguiera el mundo, más allá del cristal. 
Unos ojos tan amables, sensibles y felices como esos no están hechos para observar el mundo real. Solo pueden esperar que las lentillas que sujetan lo maravilloso de sus vidas nunca caigan. 


Violet Nightray

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