martes, 8 de mayo de 2012

Nada.

Se mira al espejo, pero ante ella no hay nada.La sombra que la observa con los grandes ojos negros muy abiertos desde el fondo del cristal, ni siquiera se parece a ella, aunque sea igual... No es real, no es nada. (Porque está vacía, y la inexpresividad de su reflejo lo sabe)

Si mira al cielo, tampoco encuentra nada. Ni siquiera sabe lo que busca en esas nubes que no quieren responderla -lo que habría buscado ya no está- y no quiere preguntarse si es porque el vacío que la ahoga lo absorbe todo descomponiendo todo lo que un día fue importante y relegándolo a la oscuridad de lo que ya no importa.

¿Cuándo empezó? Sabe la respuesta, quiere destrozarla como todo lo demás, pero quizás porque es una verdad (y las verdades se adhieren a la piel abrasándote hasta quemar todo lo que sientes, impidiendo que las ignores) no puede, y solo le queda esperar a que lo que quiere olvidar la destroce.

Se ríe, y se observa.

Parece de verdad. Parece que está llena. Pero dentro de su garganta, hay un nudo de lo que pudo haber cambiado si hubiera actuado de otro modo que le impide tragarse sus recuerdos. Y entonces, se calla, volviendo a lo mismo. Porque una vez su risa ya no resuena, el silencio la abraza recordandole que nunca se ha marchado, y la calidez de su mentira se evapora, dejándola sola.

Arrojándola a la nada.

Gabriella Nightray

1 comentario:

  1. Dios, ¿por qué tus escritos son tan...tan fáciles de "abrazar"?
    Me encanta como escribes, me encanta lo que escribes y me encanta que lo compartas.
    MUCHAS GRACIAS!!
    Excelente, está excelente :D

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