sábado, 26 de marzo de 2011

Relojes rotos

Finos y suaves granos de arena que se deslizan por la superficie de un cristal como si de seda se tratara. Todos buscan la salida hacia el otro lado. Pero hay demasiados. 
Algunos se atascan, otros deben esperar su turno, no pueden organizarse, la gravedad los llama y deben acudir todos. Tarde o temprano, pero no tienen prisa.


Unos ojos observan el movimiento desde hace tanto tiempo que ya no recuerdan otra imagen. No se desvían de las sensuales curvas del reloj de arena que marca su tiempo sin parar. Desea que los días pasen pronto, quiere que las semanas vuelen y que los meses a penas tengan tiempo para saludar al mundo. Pero solo ve granos que no quieren caer, que luchan por mantenerse arriba en lugar de dejarse caer para ayudarle. Quiere romper el reloj y dominar el tiempo a su antojo, quiere poder cumplir sus sueños sin depender de un trasto viejo que le atormenta cada segundo. Esta cansado de mirar sin hacer nada. 


Cae otro grano, un segundo menos, pero él solo ve todos los que faltan por caer, miles y miles de ellos que nunca se acaban, 
Espera, espera, espera y espera. Lleva toda la vida esperando y la arena nunca ha dejado de bajar. El reloj nunca se vacía. Y la hora de que su sueño se cumpla... No llegara. 


Ha aceptado que el tiempo se burle de él y que haga lo que haga siempre perderá ante los granos de arena. 

Violet Nightray.

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