domingo, 9 de enero de 2011

I ain't gonna live forever.

Una serie de acordes que marcan una melodía que acompaña tus sueños. Los sonidos que no consigues olvidar, pero a los que no puedes darle una forma concreta. Sabes que quieren decirte algo, pero ¿cómo saber el qué? Te persiguen, casi te acosan pero no puedes darles lo que quieren. No puedes darles un nombre para acabar con su anonimato. Su incorpórea existencia no tiene un sentido, porque nadie puede entender las simples notas de una guitarra.

Una frase que marcó un antes y un después en tu forma de vivir y de pensar. Letras que forman palabras, palabras que forman pensamientos que se recogen en tu cabeza con el significado de ese comentario que escuchaste por accidente y que no puedes olvidar. Una frase que necesitas explorar, que va más allá de lo que simplemente dice, que tiene un mensaje, un sentimiento que transmitir, pero... ¿cuál?

La impotencia de no poder resolver los dos enigmas que te absorben. La obsesión que te lleva a no pensar en nada que no sean esas notas perdidas en el viento y esas palabras que cayeron en tus oídos como un susurro.
Una idea que aparece sin sentido alguno. La impresión de que ambas cosas son mitades incompletas que encajarían a la perfección. Entonas la melodía; la has escuchado tantas veces que podrías hacerlo aunque no tuvieras cuerdas vocales, añades las palabras; las encajas en el momento preciso.

Lo has resuelto. Todo se mezcla formando una simple canción con un significado completo que te despierta del sueño en el que has vivido hasta ahora. Que expresa un sentimiento grandioso. Que reclama a voz en grito libertad y grandeza. Que te hace pensar: "ahora o nunca".

Violet Nightray

No hay comentarios:

Publicar un comentario