miércoles, 13 de marzo de 2013

Cómo contraje sida de ojos || Introducción.


Glee.

Lo sé, lo sé. Violet ¿por qué habiendo series fantásticas ves glee? Simplemente no me gusta dejar las cosas a medias y debo admitir que la primera temporada me causo un leve sentimiento de aceptación. Pringados que sufrían desplantes por mantenerse fieles a su música y que perdían una y otra vez. Y toneladas de adoración hacia Sue, no nos engañemos, esa mujer es mi nueva diosa y estoy segura de que tumbaría con un dedo a cualquier líder de cualquier religión en vigor o ya extinta.

El caso es que por esos dos motivos soporté a Rachel, demostrándome a mi misma que mis ataques de furia descontrolada no pueden del todo con mi parte racional, soporté que Boca-trucha consiguiera que mi adorado Puck cantara como Justin Bieber y que afirmaran que don flequillos es el un ídolo del rock (y me dolió, me dolió como nunca me había dolido nada hasta ese momento), en definitiva, soporte tonterías y clichés de una forma tan elegante (casi) y estoica que creo que me merezco mi propio paraíso dentro del cielo. O algo. Pero hoy, hoy me han tocado los c******

Intentando desconectar un rato de los exámenes que me llevan torturando un mes me decidí a poner un capítulo más de la última temporada, a pesar de que me está pareciendo… flojilla. Todos sabemos que debieron parar cuando ganaron el bendito nacional, pero no, la gente se empeña en alargar lo “bueno” hasta que se hace insufriblemente, odiosamente y desastrosamente penoso. Cada minuto que pasaba viéndolo sentía como me crecía un enorme tumor dentro. Justo al lado del hígado. Así que he decido hacer una reseña del capítulo que consiguió que quisiera morir punto por punto. Sentaos, será largo y doloroso.
Bienvenidos al capítulo 7 de la cuarta e innecesaria temporada de… ¡Glee!

Pd: como ya he dicho, esto será largo y doloroso, por lo que dividiré mi pequeña queja en partes para que no me explote el cerebro o me entre sida por ver todo el capitulo seguido a la vez que escribo la crítica, para nada destructiva, que tengo entre manos.

La en la reseña a anteriores capítulos empiezan pisando fuerte. Blaine engañó a Kurt, lo que me recuerda que la puta zorra princesita Rachel se atrevió a mirarle como si tuviera la peste por ello, o mejor aún, como si ella no hubiera engañado a Finn. ¡Qué bien! ¡Qué buena amiga eres que odias al que traicionó al hermastro de tu cornudo ex novio! También nos recuerda que Marley es medio lela y que porque Kitty la engañó casi se hace bulímica. ¡Oh pobre Marley! ¿Es que nadie va a ayudarla? ¡Tranquilos! Por supuesto que lo harán, pero hablaré de eso más adelante.

Intuyo que la primera parte no será corta, porque las escenas no tienen desperdició, por lo que corto aquí para que sirva de… introducción. 


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