viernes, 8 de marzo de 2013

La soledad de los números primos - Paolo Giordano

Tras incitar a una amiga a leer Frío, libro del que ya he hecho una reseña en este blog, esta contraatacó con La soledad de los números primos, no me apasionan este tipo de lecturas, pero dado el curioso título no pude resistirme.

He decidido que esta novela, con todos sus premios y reconocimientos, podría quitar el mal sabor de boca que me dejó mi última reseña, por lo que la presento aquí para todo el que no la conozca y esté a la caza de nuevas lecturas.

En primer lugar creo que sería un delito no hacer un inciso en el alma de la novela; sus personajes. Mattia y Alice, los protagonistas, son dos de los personajes con más trasfondo con los que he tenido el gusto de toparme. Tanto es así, que aun habiendo terminado el libro siento que no les conozco del todo y que, aunque el libro se explayara hasta el momento de relatar su muerte, nunca llegaría a conocerlos, del mismo modo que se que nunca se conoce a nadie al cien por cien. Esta gran cualidad hace muy difícil la tarea de recordar que no son personas reales y por encima de todo consigue que tengas un sentimiento de respeto hacia ellos al margen de tu parecer. Para mi es un gran alivio saber que si un personaje me cae mal es porque tiene la capacidad de comportarse de una manera que, personalmente, desapruebo y no porque sea la típica chica estúpida que actúa sin ningún tipo de sentido o criterio, guiada por el autor solo para complacer los gustos de la inmensa mayoría del público al que el libro va dirigido.

Su argumento es su arma secundaria. Llegados a este punto tengo que admitir que en ocasiones peco de arrogante. Cuando me amiga me tendió el libro me hablo de lo que yo asocié de inmediato con tópicos: chica anorexia, chico que se auto lesiona, historia de amor adolescente.
Dicho así no suena demasiado apetecible para nadie que busque algo más allá de lo que encuentras a diario en cualquier librería, sin embargo, me equivoqué. La novela no tiene nada de tópico, no es para nada convencional y por si fuera poco tiene una complejidad atrayente y fascinante, que da a los personajes matices tan profundos que cuesta seguirles el ritmo.

Desde mi punto de vista, el autor ha conseguido esto gracias a llevar la historia por el camino preciso. Todos estamos hartos de ahondar en los diarios de chicas con escasa autoestima, de vivas basadas en el sentimiento de culpa y, por encima de todo, estamos cansados de amores adolescentes y eternos centrados en la unión de dos seres marginados por una sociedad que rechaza lo diferente y pisotea a los débiles. Esto dejó de ser original hace mucho tiempo ¿o no? Es por eso que este libro ha conseguido llamar mi atención, pues cuenta esa misma historia que hemos escuchado decenas de veces desde una perspectiva practica. Una vida en la que no tenemos que compadecernos de ella, no necesitamos pensar que él se castiga demasiado, ni tenemos por qué conmovernos con el primer beso.

No quiero extenderme demasiado, pues la novela pide a gritos ser descubierta por si misma, por lo que me despido recomendándola encarecidamente y espetando que os ayude a volver a confiar en que aun quedan autores capaces de renovar historias trilladas, tal y como lo ha hecho conmigo.

Nos vemos. 

2 comentarios: