sábado, 10 de diciembre de 2011

Y si...

Es extraño contemplar un rostro que un día lo fue todo para ti y hoy ya no significa nada. Te produce nostalgia, y te arrastra al mundo dónde los “quizás” no son sólo hojas secas que pisotear en tu camino, sino que son realidades que podrían ser tu presente con tan solo que lo desees.

Hubo un día en que supiste todo sobre esa persona. Su color favorito era el azul, su zumo preferido el de naranja. No creía en el amor, pero adoraba enamorarse. Sus padres se conocieron en el instituto. Le gustan las historias de terror y las películas románticas. Nada de eso ha cambiado. Pero ahora ya no sabes que canción le hace enloquecer, ni que comida se le da mejor preparar o cuándo es la última vez que se ha sentido triste.

Sois dos extraños que comparten una gran familiaridad. Ya no sabes que es de su vida, ni cuando todo se volvió del revés en vuestros caminos. Aún no comprendes porque ya no encontrabas un rato para ella, y porque cuando estabais juntos contabas los segundos para marcharte. Dudas que ella sepa algo sobre ti hoy en día.

Y en un viejo cajón, aún están las fotografías desde las que sonreiréis para siempre, creyendo que el tiempo que os queda por vivir es para vosotros porque nunca vais a separaros, sin saber que vuestra historia comenzó con un final ya escrito, y que algún día, tal vez mañana, esas sonrisas no serán más que un instante de dos historias que no volverán a entrelazarse. 

Gabriella Nightray

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