lunes, 2 de enero de 2012

Mascara.

Recatada, elegante, adorable y silenciosa como todos esperan de una tímida chica extranjera, como todos esperan que sea la misteriosa prometida de su gran amigo. 
Estoy obligada a asistir a este baile de mascaras, donde todos me sonríen e intentan acercarse a mi, donde ni uno solo esta de acuerdo con mi presencia en ese lugar y en la vida de mi futuro marido. Palabras amables delatadas por sonrisas hipócritas y llenas de rencor. Gestos de hospitalidad, halagos y cumplidos, donde en realidad solo hay burla y las ocultas ganas de verme salir por la puerta. 


Él no se da cuenta. Mentira. Él prefiere no creer que la gente de la que se ha rodeado toda la vida no es más que un puñado de buitres carroñeros que quieren separarle de la mujer que ama. 


Un sin fin de abrazos, besos de bienvenida y despedida, preguntas sobre mi posición social, mi país, mis gustos, mi peculiar aspecto... Y cada una de ellas con una muletilla final "oh, vaya". Yo se lo que eso significa, significa "Oh, vaya, me esperaba que ni tan siquiera supiera hablar sabiendo de donde viene" "Oh, vaya, espero que no me pegue las pulgas" "Oh, vaya, si cree que se quedará con el dinero de mi hijo..." 


Y me siento a esperar. A esperar a que me saquen de este nido de serpientes y vívoras en el que me han metido. A esperar que él se de cuenta de lo que me esta haciendo pasar, a esperar mas abrazos envenenados , hasta que simplemente me canso de ver colmillos chupa-sangre tras cada sonrisa. 


Me levanto educadamente, me dirijo a la puerta una de sus amigas intenta detenerme, la miro con una sonrisa, me quito esos odiosos tacones y los dejo en medio del pasillo "Oh, vaya" Y tras decir eso, salgo por la puerta, descalza y con un odios vestido rasgándose con la maleza a cada paso que doy. 


"Oh, vaya, que lastima que se rompa el vestido. Tranquilos, no le sacare dinero a su querido hijo para comprar otro, nunca volveré a ponerme algo semejante."

Violet Nightray

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