sábado, 3 de diciembre de 2011

Running in the dark.

Y allí estaba yo. Sola, en medio de la nada, buscando una respuesta que sirviera para todas las preguntas que me he hecho durante toda mi vida. Pero en mi mente no había más que un vacío absoluto que trataba de devorar todo aquello que no quiero olvidar. Mis gritos no se escuchaban, por muy altos que sonaran. O nadie quería escucharlos. Y yo solo sabía correr en medio de toda esa oscuridad.

No sabía en qué momento ocurrió, pero me di cuenta de que mi mundo estaba detenido en una noche que no tenía un final. Y en medio de todo, estaba mi memoria. Las risas a destiempo, las lágrimas que nunca llegaron a caer, las palabras que no me atreví a decir en voz alta para no reconocerlas, los ratos soñando despiertan con momentos con días mejores y cielos azules. Todos los engranajes que una vez dieron sentido a mi existencia y que de repente ya no estaban.

Creí que era el final. Qué no quedaba esperanza, y que yo pronto sería otro engranaje parado en el tiempo. Me había resignado a convertirme en una persona sin sueños que avanza día a día sin dejar una huella en mi camino, en una cara conocida que un día desaparece y a nadie le importa dónde está ahora.
Cerré los ojos cansada de no ver nada y me deje caer en mi tristeza, abandonando, y en ese momento, me agarraste. Volví a abrir los ojos, y me encontré con tu mirada. Y de pronto, todo volvió a su sitio. Porque tú estabas allí, conmigo, y con eso bastaba para que la oscuridad ya no me diera más miedo.

Las piezas rotas de mi ser se recompusieron, y yo volví a estar completa de una forma diferente. Las sonrisas recobraron su sentido, tu voz me ataba a la realidad, y en tus ojos estaba esa respuesta sin palabras. Yo nunca estuve vacía hasta no saber que en realidad sólo soy una mitad incompleta. Pero si estás conmigo, eso ya no importa. Por eso, quédate conmigo.  Y nunca volveré a correr sola. No habrá más oscuridad.

Gabriella Nightray

1 comentario:

  1. Un relato precioso Gabriella, me encanta, es precioso y personalmente, esa oscuridad creo que la hemos tenido tod@s alguna vez en nuestras vidas. Un beso y te quedó GENIAL.

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