jueves, 9 de septiembre de 2010

Deseos de cosas imposibles.


- ¿Oye, qué es lo que ves cuando miras el cielo?
La pregunta es clara, concisa. La hierba acaricia mi cara, y el viento extiende mi melena por el césped. No es una tarde demasiado cálida, pero me sentía agobiada a solas con mis pensamientos. Necesitaba notar el aire en mi cara, sentir las manos frías, el sonido de los coches y tu voz reconfortándome.
- ¿Las nubes?
Tu respuesta tiene un tono burlón, y aunque no he apartado la vista del cielo, los sonidos que producen tus movimientos me indican que te has girado para mirarme. Resisto el impulso de girarme a mirarte yo también, pero últimamente no soy capaz de resistir la intensidad de tu mirada…y no quiero que te des cuenta de eso.
- No, tonto. Me refiero a lo que piensas cuando miras al cielo. Qué ves más allá de lo evidente.
Ríes ante mi replica. La tentación me puede, y me giro. Nuestras miradas se cruzan, y yo deseo apartar la vista. Tu mano deja de jugar con la hierba, y sujeta mi mejilla, para evitarlo. Me sonrojo, y eso hace que vuelvas a reírte, como cuando éramos pequeños y me ruborizaba cada vez que me sacabas de un error.
- A ti.
La respuesta me provoca escalofríos. Te miro, malhumorada, frunciendo el ceño. Tú me miras, y siento que me pierdo en tus ojos grises. Otra vez, para variar. ¿Lo has dicho en serio? No parece que estés mintiendo. ¿Pretendes burlarte de mí? No, no eres de ese tipo de chicos. ¿Qué intención ocultan tus palabras? No lo sé, y tú pareces sentir mi confusión, lo que a su vez aumenta la tuya.
- Te veo buscando formas a las nubes, contando las constelaciones y narrándome su historia. Suspirando, perdida en tus pensamientos. Cantando cuando no sabes que hacer, y observar las nubes no te basta. Cuando miro al cielo, de una forma u otra siempre acudes tú a mi mente.
Tu explicación me silencia, antes de que pueda expresar mis dudas. Bajo la mirada, antes de ahogarme en la tuya. Detesto que me digas esas cosas. Lo detesto porque me hacen sentir una esperanza que se esfuma cuando en tus ojos veo solo una sincera amistad. Lo detesto porque con eso, tú solo quieres remarcar que soy tu mejor amiga. Una posición cercana a ti, que sin embargo me encadena a una espiral de secretos, todos ellos relacionados contigo.
- ¿Qué es lo que ves tú?
Tu pregunta ahonda en mis pensamientos e interrumpe mis divagaciones. Es una hazaña que solo tu voz puede lograr. ¿Te sentirías incomodo si lo supieras? Probablemente sí. Y probablemente tu novia se sentiría furiosa de saberlo. Por tanto, me callo, una vez más.
- Deseos de cosas imposibles.
Me decido a decirte la verdad. Dos palabras sinceras que no puedo aclarar. Lo siento. No pretendo alejarte de mi mundo, pero en él no tienen cabida más falsas esperanzas creadas por una imaginación desbordada, y un montón de noches en vela. Al igual que en tu mundo, yo soy una parte importante, pero nunca la razón por la que gira.
Gabriella Nightray

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