No le gustan los espejos.
A ella le gusta pensar que es alegre, divertida, sociable. La clase de persona a quien todos admiran en secreto, y cuyas palabras nadie quiere dejar de escuchar. Le gusta creer que siempre está radiante, que es capaz de romper mil corazones y mantener el suyo intacto.
Cuando se mira a un espejo por las mañanas, no ve nada de eso.
Ve un rostro borroso, que le devuelve una mirada cansada y unas ojeras de la última fiesta en la que no se divirtió. Ve una chica como cualquier otra, con el pelo revuelto y expresión preocupada. Ve todas aquellas cosas que realmente no quiere hacer…pero las hace porque es lo que los demás esperan de ella.
No le gustan los espejos.
Demuestran que no es tan perfecta como los demás creen, y al mismo tiempo más de lo que le gustaría serlo. Una perfecta esclava de lo que los demás piensan.
Demuestran que realmente no controla su vida, que cada intento de rebelarse contra una sociedad que la oprime acaba con su voluntad. Demuestran que hace ya mucho tiempo que dejo de luchar por ser aceptada tal y como era, y se dejo llevar por lo que otros deseaban que fuesen.
Le dejan intuir lo que una vez fue, y lo que podría haber sido.
Gabriella Nightray
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