jueves, 16 de diciembre de 2010

My Mind's Eye

La música esta tan alta que te destroza los tímpanos. La bebida te quema la garganta, y te nubla la cabeza. No te apetece sonreír.
Sentada, en ese rincón aislado de la fiesta, observas a las parejas de baile girar en la pista de forma similar a esa pareja de bailarines que danza en tu vieja cajita de música. Te sientes cómo una niña con un disfraz que le queda demasiado pequeño y los labios demasiado pintados de color rojo sangriento.
Te ofrecen una bebida y la aceptas sin preguntar la procedencia ni dar las gracias. Ya no comprendes qué sentido tiene, cual es la diferencia entre lo que eres y en lo que te has convertido; pero aún añoras quien eras.
Y entonces, regreso; aparezco yo, de nuevo.
¿Quién soy? Tú sabes la respuesta y yo sé que la sabes. También sabes y sé que no quieres admitirlo. Imagino que no debe de ser fácil.
¿Por qué? Porque soy tú, o al menos esa parte de ti que quiere gritar para que paren la música, estrellar la copa que tiene en la mano, bailar sobre los cristales rotos y quitarse el pintalabios con el dorso de la mano. Esa parte de ti que quiere romper las normas.
Sí, soy esas ideas que rondan tu cabeza y oscurecen tus intenciones. Soy quien se lleva la responsabilidad y arrebata de tus labios el cinismo. La libertad que tanto anhelas y por temor a conseguirla encierras en un tétrico rincón de tu mente. Soy esa mitad que cada día te cuesta más ocultar, reprimir, extirpar. Soy tan peligrosa que en ocasiones te dan ganas de dejarme salir. De ponerme a prueba; ver qué sucede, comprobar si es peor.
Pero el miedo siempre vence y yo regreso a mi rincón; esperando otra oportunidad cuando más alcohol nuble tu mente y tus miedos sean más débiles. Mientras yo espero, sueño, deseo…tú sonríes otra vez, fingiendo que no pasa nada. Qué todo va bien.
Nadie se da cuenta de que a veces, solo a veces quieres ser diferente.
Gabriella Nightray

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